jueves, 28 de febrero de 2013

VENCE EL MIEDO A LA SOLEDAD


En consulta, he visto en muchos casos a pacientes angustiados por la soledad, y es que la sola idea de no tener pareja o no tener amigos les resulta insufrible y este miedo las lleva muchas veces a permanecer en relaciones dañinas que les hacen sufrir, en las que no se sienten querid@s ni valorad@s como personas, que incluso les destruyen y que sólo mantienen para no quedarse solos. No en vano los estudios afirman que la soledad es una de las causas más comunes de angustia en los seres humanos de hoy.

Por otro lado, están también aquellos casos , donde el miedo a la soledad los lleva a no mostrarse tal cual son, a no expresar sus deseos o necesidades por miedo a ser dejados de lado o rechazados, lo que ocurre en ellos es que entierran en lo más profundo de su ser su verdadero yo para no enfrentarse a la soledad, lo que, a la larga, se convertirá en una gran frustración y amargura.

Estar acompañados sin dudas es positivo y además entretenido, pero el tiempo en soledad, también puede dejarnos enseñanzas y ser beneficioso, así la soledad puede ser una muy buena oportunidad para conocernos más, enriquecer nuestra vida, saber realmente que queremos y construir nuestra autonomía.

Ser capaces de asumir la soledad, es un camino necesario si queremos disfrutar plenamente de las cosas de la vida.

Para vencer el miedo a la soledad es esencial sentirnos a gusto con nosotros mismos, habernos aceptado tal y como somos o estar en camino para ello y tener en cuenta que estar solo no es lo mismo que sentirse solo. Podemos sentirnos solos en compañía y acompañados en soledad.

A reflexionar!!!

miércoles, 27 de febrero de 2013

¿QUÉ PASA CUANDO QUEDAMOS ENGANCHADOS A ALGUIEN?


El tema está en mi apego, en mi manera de relacionarme con mis deseos.  El problema es no saber entrar y salir de las situaciones.  No poder aceptar la conexión y la desconexión  con las cosas. No haber aprendido que el obtener y el perder son parte de la dinámica normal de la vida considerada feliz.

Jorge Bucay explica esto con la siguiente metáfora : Me gusta viajar en el auto más caro que hay de aquí a cinco cuadras, ¿pero debería sufrir si  ese auto no está disponible para mí?  Yo digo que  si el auto  está  sería maravilloso  disfrutar  de un paseo en ese auto, pero si no está ese auto, quizás haya otro  auto y  si  no quizás pueda caminar, y si llueve, quizás  pueda  conseguir  un  paraguas, y si  no, quizás  pueda  renunciar  a  ir... Y si me apurás mucho y renuncio a ciertos hábitos, quizás, gracias a que el auto no está disponible, quizás pueda disfrutar de caminar bajo la lluvia. Si yo puedo ser feliz en cualquiera  de  estos  casos,  si yo puedo  tener grados  de alegría en cada una de estas situaciones, entonces no hay ningún sufrimiento que me espere. Pero si yo fijo gran parte de mis ilusiones en que este auto me lleve... "Ahhh...qué gran defraudación" "Ohhh...qué terrible pérdida" .

Para evitar esto, es importante que desarrollemos la habilidad de desear sin quedar pegados a nuestros deseos, querer sin agarrarnos como se agarra un alpinista a la soga que cree que le va a salvar la vida, en pocas palabras “aprender a soltar”. Seamos  capaces  de  renunciar a aquello que sabemos que nos ocasiona sufrimiento.

A ponerlo en práctica.