Una creencia es el
sentimiento de certeza sobre el significado de algo. Es una afirmación personal
que consideramos verdadera, por ello muchas veces afectan a la percepción que
tenemos de nosotros mismos, de los demás y de las cosas y situaciones que nos
rodean.
Las personas tienden a
considerar que sus creencias son universalmente ciertas y esperan que los demás
las compartan. No se dan cuenta que el sistema de creencias y valores es algo
exclusivamente personal y en muchos casos muy diferente del de los demás. Cuestionar
una de nuestras creencias puede desestabilizar todo el sistema al afectar a
aquellas otras que se derivan o están relacionadas con ella. Esta es la razón
por la que somos muy reacios, en muchas ocasiones, a modificar alguna de
nuestras creencias.
Las creencias se forman a
partir de ideas que confirmamos o creemos confirmar a través de nuestras
experiencias personales. De este modo, cuando una creencia se instala en
nosotros de forma sólida y consistente, nuestra mente elimina o no tiene en
cuenta las experiencias que no casan con ella.
Las creencias son una
fuerza muy poderosa dentro de nuestra conducta. Es bien sabido que si alguien
realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que es imposible
hacerlo, ningún esfuerzo por grande que éste sea logrará convencerlo de que se
puede realizar.
Todos tenemos creencias
que nos sirven como recursos y también creencias que nos limitan. Nuestras
creencias pueden moldear, influir e incluso determinar nuestro grado de
inteligencia, nuestra salud, nuestra creatividad, la manera en que nos
relacionamos e incluso nuestro grado de felicidad y de éxito.
Por ello se dice que las
creencias, pueden ser potenciadoras o limitantes. Las primeras nos ayudan y
potencian la confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades,
permitiéndonos afrontar con éxito situaciones complejas. Las segundas nos
restan energía y nos inhabilitan para afrontar determinadas situaciones.
Las creencias
limitantes pueden detenernos en momentos cruciales de nuestras
vidas, sin embargo muchas veces estas creencias son invisibles para nosotros.
Controlan muchos de nuestros pensamientos y comportamientos tras bambalinas, lo
suficiente como para disminuir o impactar negativamente los resultados que
obtenemos con nuestros lo que hacemos.
Esto nos lleva a pensar en la importancia de combatir
nuestras creencias irracionales/ limitantes que bloquean nuestros pensamientos.
Para combatirlas, podemos empezar de la siguiente manera:
Identificando la creencia irracional que te bloquea
Luego comprueba su racionalidad,
Una vez que has llegado a la conclusión de que la
creencia que te bloquea es irracional, estás preparado para refutar dicha
creencia.
Entonces,
sustituye la antigua creencia por una racional y actúa según ella, habrás
creado una “nueva creencia”
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